11 jun 2012

SALUD MENTAL Y EL ICEBER


Debemos comenzar a trabajar con urgencia
La situación actual de las instituciones psiquiátricas de toda la provincia de Córdoba, requiere de una mirada crítica y acciones concretas.  Cambiar el escenario de incumplimiento de derechos humanos, demanda el cumplimiento de la Ley de Salud Mental de la Provincia.
Un psiquiatra que estaba atendiendo a su paciente en un hospital del Valle de Punilla, de pronto es informado de que el director ha decidido “desafectarlo”. El psiquiatra estuvo prestando servicio durante  17 años.
Otro equipo de Salud Mental que cumplía su función en la zona noroeste de la ciudad, debió desalojar su lugar. De un día para otro se dispuso que ese lugar fuera ocupado por una familia.
En otro hospital del interior, de mediana complejidad, una psicóloga debe abandonar el hospital y a sus pacientes ante la imposibilidad de obtener una respuesta a sus reclamos. Trabajó allí durante 14 años, los primeros de ellos cobrando con bonos, luego como monotributista.
Estos son algunos de los ejemplos de un deterioro, de una caída que está golpeando al sistema de Salud Mental. Este sistema hace agua por muchos costados. Se achican los servicios de Salud Mental, generándose no solamente un alto grado de sufrimiento para el profesional que no es reconocido en su condición como tal, ni como ser humano. Los pacientes pierden a “su” profesional y no existe otro a quien recurrir. No existe reemplazo.
Es por ello que nosotros, los miembros de la Red de Salud Mental de “Sierras Chicas”, quienes nos autogestionamos en una organización desde el año 2007, expresamos nuestro total acuerdo con la denuncias de la legisladora Liliana Montero sobre la situación de la Salud Mental en la provincia . Esta legisladora ha señalado la punta del iceberg, denunciando la falta de respeto a los derechos humanos  que existe en instituciones monovalentes y psiquiátricas de la ciudad de Córdoba.
Existen además en la ciudad de Córdoba, algunos hospitales y dispensarios que también tienen profesionales de Salud Mental, que si bien pueden hacer demandas, porque tienen carencias edilicias, de recursos, etc. quizás muchos de nuestros colegas no sepan que en el interior provincial la situación es mucho más grave que en capital.
En el interior provincial, además de la falta de recursos, se sufre una mayor incomunicación, aislamiento y falta de apoyatura. No solamente faltan  recursos para dar repuesta a estas problemáticas, sino que también no cuentan con una infraestructura para la derivación de pacientes.
Recientemente  el  sistema de Salud Mental  sufrió un fuerte impacto por la estrategia que se utilizó para la implementación de una ley de Salud Mental Provincial, aprobada en Octubre de 2010 en la Legislatura. Es la Ley N° 9848.
El objetivo más marcado de esta ley fue trabajar para retirar los pacientes de los grandes hospitales psiquiátricos, con la idea de erradicar finalmente este tipo de instituciones. Para ello era necesario crear alternativas de tratamiento para los pacientes externados, tales como poseer casas en sus pueblos de origen o cercanos y personal que los atienda con el fin que se integren a un trabajo, a su familia o a la comunidad. Pasar de una política de exclusión a una de inclusión. Asimismo se debía crear condiciones adecuadas para que no continuara la necesidad de internación en los hospitales psiquiátricos. Para ello, sería necesario crear lugares de “intervención en crisis” en los hospitales generales, capacitar a los profesionales en este tipo de intervenciones y reforzar los equipos de Salud Mental con nuevos recursos y estrategias, para poder cubrir la inmensa demanda que resulta insatisfecha. Estas demandas de la comunidad son la atención por problemas de drogadicción, los intentos de suicidio, las niñas violadas o embarazadas, las mujeres golpeadas, los jóvenes golpeados en las escuelas, etc. Estos son los casos que cotidianamente tienen que atender los trabajadores de Salud Mental.
¿Qué sucedió? Se fomentó la externación de pacientes de las instituciones psiquiátricas. Sin embargo, todas aquellas acciones que se debían realizar para que los pacientes no lleguen a la institución,  y aquellas  para recibirlos fuera de ella, no tuvieron respuesta. No se hizo nada. Por el contrario, se redujeron los miembros de los equipos de Salud Mental.
En vez de tomar el toro por las astas, se lo agarró de la cola, entonces el toro se volvió contra aquellos que intentaban sujetarlo. Es así que pudimos ver pacientes externados de un hospital psiquiátrico, con su pequeño bolso, sentados en el banco de la plaza de su pueblo. Sin su familia que lo acepte y no pudiendo volver a la institución que lo había externado, ya que estaba “dado de alta”.
¿Quién se hace responsable y protege los derechos humanos que se ponen en juego ante la falta de atención a los niños, los jóvenes, mujeres y hombres, los locos y los ancianos? que demandan ¿Por cuánto sufrimiento pasa un ser humano por ese aspecto que no compartimos con otros mamíferos, que es el sufrimiento y la enfermedad psíquica?
 Consideramos que una manera de “tomar el toro por las astas” significaría, 1ª) reconocer que esta situación nos ha desbordado y que este no es solo un problema de la Dirección  de Salud Mental;  2ª) realizar un llamado a personas con experiencia del mismo sistema de Salud Mental, (de capital y del interior) de los colegios profesionales, de la Universidad etc. quienes coordinados por el director de Salud Mental, realicen un diagnostico de la situación; 3ª) trabajar con los intendentes de los pueblos, sus secretarios de salud, directores de hospitales, directoras de escuelas, jueces, etc. para definir la especificidad de los problemas de cada localidad; 4ª) definir zonas (como la de “Sierras Chicas” que nos resultó muy operativa) e ir estableciendo coordinadores en Salud Mental, que trabajen junto a los jefes zonales en Salud, quienes ya están establecidos en el interior provincial; 5ª) crear alternativas para la adquisición de recursos; y por último lograr una estrategia adecuada que permita implementar de manera equilibrada los objetivos de la ley provincial en Salud Mental y su articulación con la ley Nacional. 
Debemos comenzar a trabajar con urgencia. Lo destructivo en este caso sería que se vuelva a negar la existencia del iceberg, cuando ya lo estamos chocando. Sepamos que existe mucha gente que no quiere renunciar a la defensa de  los derechos de los pacientes y de las personas que trabajan con ellos, y que estamos decididos a no dejarnos hundir, junto con ellos. 

Manuel López Seco      Psicólogo  MP   332          D.N.I   8.307.014

Coordinador de la Red de Salud Mental  “Sierras Chicas”

manuellopezseco@hotmail.com

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