Sangre nativa
El músico Demi Carabajal se
presentó en el primer aniversario del bar-peña El Lido de la localidad de
Unquillo, tal como lo hiciera para su inauguración un año atrás.
Parte de la familia del
folclore, Demi es hijo del gran Carlos Carabajal, padre de la chacharera, y
hermano de Peteco. Hasta hace poco estuvo viviendo en Buenos Aires, provincia
en la que, además, nació. Ahora, ha decidido volver a donde nación
musicalmente: Santiago del Estero.
Consultado por la directora
de Ñu Porá, que estuvo disfrutando del espectáculo, Demi responde que hace
tiempo que viene realizando su carrera como solista pero que, paralelamente, ha
acompañado a Peteco. Finalmente es a mediados de la década pasado cuando edita
su primer disco. “En el 2005, 2006, lancé un
mi primer disco solista. Paralelamente, seguí mi trabajo con Peteco.
Unos tres años después, edité un segundo
disco que se llama “Más de mí”. Hace
poco terminé de grabar el tercer disco, que saldrá a la venta el tercer fin de
semana de agosto, para la fiesta de mi abuela”, dice.
Todos los Carabajal tienen
su particularidad, su impronta. Quizá sem Demi el que más mezcla los ritmos. Él
mismo se encarga de definirse: “Lo mío tiene más que ver con la creatividad, la
inspiración y los momentos emotivos. Soy una persona muy abierta a los ritmos y
expresiones del mundo y no tengo prejuicios en hacer un tema que suene como
rock. Lo que se caracteriza mucho en mis discos es que son todos temas míos. El
primero tiene 10, el segundo 14 y éste va a tener 12”. Afirma que la fusión
entre rock, folclore y demás modalidades rítmicas no son nuevas, sino que cada
uno le da su toque. “Ya está todo hecho. Lo mío es más lo
rítmico, la dinámica de la música basada en lo que conozco, en lo que vivo, lo
que escuche”, sostiene.
La gran familia de Demi ha
llevado la música y raíces nativas por cada rincón de la Argentina. Y lo siguen
haciendo. Lo que podría resultar un peso para él, teniendo a su padre y su
hermano, entre otros, son referentes indiscutidos de la música popular, es un
agradecimiento. “Ha sido un trabajo larguísimo de ellos, de andar, andar y
andar para que nosotros, los más jóvenes, podamos tener las puertas abiertas
para hacer nuestro camino. Ese es el peso de la familia Carabajal, y la
responsabilidad es nuestra de seguir por este camino para hacérsela más fácil a
los que vienen atrás”.
Ojala que el pueblo pueda
seguir disfrutando de los Carabajal, que no se acaben nunca. Ellos son parte
esencial de nuestra cultura.
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