Entrevista
a María Teresa Andruetto
“La literatura es como
una casa grande muy generosa, tiene lugar para muchos”
Entrevista con la escritora
radicada en Unquillo reciente ganadora del premio Hans Christian Andersen, galardón máximo a nivel mundial con que se
reconoce a los escritores de cuentos. La autora habla del reconocimiento, los
encasillamientos literarios y las rupturas.
Felicitaciones.
¿Qué sentiste cuándo te enteraste que eras la ganadora del Andersen?
Gracias. Mucho
impacto, sorpresa, alegría. Más allá que uno piense y sepa que está dentro de
los cinco finalistas, lo mismo genera un impacto fuerte. Además, después hubo
una avalancha, por un lado de pedidos de entrevistas y demás, mucha repercusión
mediática. Por otro lado, cariño de mucha gente, mensajes, correos.
¿Cómo
es la selección de aquellos que llegan a la etapa final?
Mira, el premio
lo entrega una organización que se llama IBBY (Internacional Board on Books for
Young People). Es la organización internacional que nuclea las delegaciones
nacionales que se ocupan del libro infantil. La delegación Argentina de ésta
institución se llama Alija (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil
Argentina) que surgió después de la Dictadura. Pasada la Dictadura aparecieron
varios centros de literatura infantil en la Argentina. Alija, que nació en
Buenos Aires, se convirtió en delegación nacional de IBBY. Éste centro es el
único que tiene derecho a postular candidato. Va solamente un postulante por
literatura y uno por ilustración por país.
¿Cómo
se elige al representante de cada país?
Esa institución
elige a un autor, que generalmente ya tiene una trayectoria importante en el
país. Es un gran honor ser el candidato de Argentina. Yo no lo había sido
nunca. Lo viví con mucha alegría. Como te decía, el premio se entrega cada dos
años. La institución organiza un dosier con ciertos requisitos que la
institución madre exige. Por ejemplo se tiene que presentar una reseña de todos
los libros que uno ha publicado, las características de cada uno de ellos, los
premios con los que se cuenta, trabajos teóricos, conferencias. Todo, en ingles
y castellano, se manda a cada uno de los jurados, que son 10 más uno o dos por
la institución madre. Ese jurado lee los libros durante el año, el año pasado,
y en marzo de éste año, previo a la Feria del Libro de Bologna, se reúne el
jurado durante quinde días en un hotel del Basilea y van descartando autores. Luego
se comunica una lista con los finalistas, cinco por texto y cinco por
ilustración. En Bologna, en la apertura de la Feria Internacional del Libro
Infantil, que es la más grande a nivel infantil, se da la comunicación de quién
es el ganador.
Se
lo llama un mini Nobel
Bueno, la
literatura infantil siempre necesita ese correlato con la literatura para
mayores entonces si haya está el Nobel, acá el pequeño Nobel. Es el premio
Andersen. O sea, el premio se llama Hans
Christian Andersen que es considerado el padre de la literatura
infantil. Es el premio de mayor reconocimiento y prestigio mundial en el tema
de libros infantiles.
Has
recibido también reconocimientos a nivel latinoamericano
Sí, yo recibí en
diciembre de 2009, en la Feria del Libro de Guadalajara, el premio Iberoamérico
a la Trayectoria en Literatura Infantil. Ahí concursan autores latinoamericanos
y españoles y tiene otras características. A ese premio se puede presentar
cualquier institución o editorial o, incluso, se puede presentar el autor
mismo. En el Andersen, no. Acá ye presenta solamente esa asociación, la
Delegación Nacional de IBI.
¿Con éste premio se rompe un poco lo idea de que los
grandes reconocimientos son para la autores del sexo masculino?
La literatura
infantil, si bien hay varios varones que han ganado el premio, es un mundo
donde hay mucha presencia de la mujer, de escritoras mujeres. Quizá por los
niños, la maternidad. Así que no lo veo tanto como un triunfo de las mujeres
sobre los varones. Más lo veo que una presencia de lo latinoamericano o de la
lengua española en el contexto de las literaturas infantiles de otros países porque
es un premio que nunca había ganado un latinoamericano de habla castellana, si
lo ganaron en dos ocasiones brasileños. Me parece que hay algo que tiene que
ver con los países periféricos que no es habitual hayan ganado el Andersen.
Digo, se tiende a encasillar a la mujer como
escritora de poemas, cuentos o novelas románticas. En Narradoras Argentinas, tu
blog, creo que tratas de romper un poco esto y recuperar voces de escritoras
argentinas
Eso, mucho. Y es
una cosa que me interesa particularmente, el rescate de voces de mujeres que
escriben sobre cuestiones muy diversas, algunas sobre política, o relatos
fuertemente innovadores, trasgresores. Pero, en la misma línea de tu
pensamiento, diría que las sociedades están acostumbradas a que si las mujeres
escriben, tal vez lo hagan sobre amor o de niños. Entonces la literatura
infantil entra en un campo más próximo a las mujeres. Son estigmas, mentiras.
Los escritores y las escritoras pueden escribir de cualquier cosa, para
cualquier sector. Todo lo demás es encasillamiento. Yo siempre me he corrido
del encasillamiento. He tratado de romper con eso. Soy una escritora a secas
que tiene diferentes zonas de su escritura, de su creatividad, que escribe desde una
provincia. Todas son rupturas.
Ruptura,
además, que se puede trasladar a tus cuentos, que son más realistas
También. Y a
veces algunos tienen cosas que están ligadas a lo terrible, al horror. He
escrito desligada, liberada de eso, de si a los chicos les va a venir bien o
mal, si los va a asustar o no, si les va a gustar o no. He escrito las
historias porque he ido disfrutando el
proceso de construcción de cada una. Después, algunas de ellas
funcionaron para jóvenes, para niños, y
en otros casos han ido a parar a otro lugar, otras están en mi
computadora.
Cuando decimos literatura infanto- juvenil, ¿publico
de qué edad abarca?
Es muy
interesante tu pregunta. Se considera que hasta los dieciocho años… Pero mucha
gente, vos, yo, a las 12 o 13 años ya estaba leyendo literatura adulta.
Depende. Es muy relativo. La especificidad aumenta mientras más pequeño es el
lector. A medida que el lector se hace más grande los límites se van borrando.
Además soy de la idea de que en cuanto antes pase un lector a la literatura
toda mejor. Lo que se hace en realidad es ayudar a alguien a convertirse en
lector. Mientras antes eso suceda, mejor. La literatura es muy amplia y hay
muchas líneas de escritura, muchos modos de abordarla. La literatura es como
una casa grande muy generosa, tiene lugar para muchos. Los libros son libros en
sí. Uno se vincula con ellos. Hay libros bellos, más o menos buenos y libros
pobres. Todo eso coexiste, porque está la industria del libro y sus
manifestaciones que facilitan la venta. No digo que esté mal. Y hay una necesidad
de rápido encasillamiento orientadora que es más una necesidad editorial. Igual,
un buen lector navega por los libros sin importarle mucho esto.
Participaste en el Festival de Poesía de Córdoba
hace unos días
Sí. Estuvo
fantástico. Hubo mucha gente. Muy interesante el festival. Creo que hacía falta
en Córdoba. Hay ciertos espacios de lectura pero no había un Festival de Literatura
hecho con mucha fuerza, mucho entusiasmo. Y recibido con mucho entusiasmo por
la gente.
¿Notas que la provincia está creciendo en cuento
oferta cultural?
Muchísimo. Hay
una explosión cultural. Córdoba tiene en éste momento una potencia de
creatividad muy grande. También lo veo en otros lugares del país pero en
nuestra provincia hay una fuerte presencia editorial. En los últimos años nos
hemos permitido nosotros organizar cosas y no estar esperando que nos llamen.
Tiene que ver también con la crisis del 2001. Antes de eso se importaban muchos
libros ilustrados. Con la devaluación se convirtieron en libros muy caros.
Entonces, hubo una cierta explosión de editoriales pequeñas que empezaron a
editar libros con ilustraciones.
Lo editorial, ¿se acompañó con un trabajo
intelectual, cultural, artístico?
Claro. Creo que
esa crisis también ayudó a replantear una serie de cosas y me parece que nos
hizo, bueno, esto, el dejar de esperar y generar las propias cosas. Muchísimos
lugares tienen tu plan de actividades culturales con ofertas espectaculares.
Hay, se ven fuertes movimientos culturales.
Gabriel Loyber
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