La historia de la esclavitud comenzó en la época colonial
El 9 de julio, día de la
independencia en nuestro país, es uno de los días más importantes para nuestro
pueblo, porque representa la firma de un acta, una declaración, un documento de
una asamblea constituyente que nos dejó completamente libres del colonialismo
español. El periódico Ñu Pora decidió dar un tratamiento especial a este día.
El 29 de junio, Raúl Aguilar estuvo presente en la realización de “Esta
boca es mía”, versión radiofónica de este periódico, en el estudio de radio
Latente 97.7 fm. Él es licenciado en historia, docente en la UNC y referente en
del
Foro en Defensa del Patrimonio Cultural en Córdoba. Llegó alrededor de las doce
y media del mediodía a Río Ceballos desde la ciudad de Córdoba, justo al
comienzo del programa, para compartir una importante parte de nuestra historia,
muchas veces oculta y negada, la historia de los negros que llegaron como esclavos
a estas tierras. ¿Qué paso con ellos? ¿Dónde están? Estas son algunas de la
preguntas para desarrollar el tema sobre el papel que jugaron los
afrodescendientes en las luchas de liberación en el siglo XIX, su presencia en
las Provincias Unidas, luego Argentina, y especialmente en Córdoba, donde la
historia de la esclavitud comenzó en la época colonial.
Raúl Aguilar comienza el relato de este tema
contextualizando como vinieron los negros a América: “La iglesia católica es
una de las iniciadoras junto con la
compañía inglesa. En la costa africana lo que se hace es cazar al esclavo”. Los
esclavos llegan a Córdoba de la siguiente manera: “Se vendían a Chile y al Alto
Perú. Es ese momento Córdoba era proveedora de mulas. En Tucumán, Catamarca y
una parte de Salta de tres a seis sobre diez eran de naturaleza afro
descendiente. Así se constituía la
geografía del siglo XIX, con una impronta de fenotipo afro descendiente. RA
también hace referencia a las rancherías y donde estaban ubicadas: “Pensemos en Colonia Caroya…en
todas las estancias jesuíticas estaban los barrios negros”.
La historia cuantitativa de los negros se investiga recién en pleno
siglo XXI. Raúl se pone serio para dar los
datos del horror. “Recién en el siglo XXI se realiza el primer pronunciamiento
internacional del genocidio de diez millones de negros en el siglo XIX”. En
Córdoba “las historias están en los censos, en los protocolos, en los registro
de escribanía. El primer censo de 1778 da una población muy alta, del cuarenta
por ciento, no tanto en la capital sino en el interior”. Desde los años 1813 a
1840 se dan conclusiones interesantes. Las mujeres quedaron solas, primero por
las invasiones inglesas, luego por las guerras de independencia. Quedan solas y
los ingleses inducen la abolición de la esclavitud”. En nuestra historia
argentina lo que ocurre es que “los negros de liberan por ir a la guerra entre
comillas. Son la carne de cañón, van adelante. Así diezmaron a las tropas de
infantería en la guerra de Ayacucho”.
También vamos a perder población negra “al momento de la expulsión de
los jesuitas, quienes tenían esclavos negros. De dos millones y medio se va a
pasar a una demografía muy precaria. Además, “en las guerras civiles va a quedar
un importante contingente”. Otro factor importante es “el traslado de las
familias ricas del sur, que van al norte,
por la peste del 73”. Peste que afectó a las familias negras por el alto
grado de marginalidad y exclusión.
Raúl Aguilar sigue el relato diciendo: “El último episodio es la guerra
del Paraguay. Terminan de morir los varones. Las mujeres inician casamientos
con otras poblaciones, originarios y blancos. Se van mesclando. Se da un
proceso de mestización”.
Una parte de la historia que relata Raúl Aguilar en la entrevista hace
referencia a lo que sucede en las guerras de independencia en Córdoba: “Cuando
pasa Belgrano por Córdoba, en todo lo que eran las estancias jesuíticas, se
afecta a Luis Beltrán. La declaración general de guerra en Plumerillo, donde se
ha reunido con Puerredón, una de las cuestiones son los pertrechos. Los
jesuitas tenían mano de obra calificada,
entrenada en Paraguay, y los negros han vuelto como carpinteros, herreros.
Ellos van a producir armamento”. “Y las mujeres van a producir laballeta, que
es como un lienzo. En Alta Gracia en la tejeduría trababan las mujeres”. “Cuando
marchan los ejércitos a Chacabuco, hay mujeres que van detrás de sus maridos.
Es la tropa que cura”.
Para agregar datos sobre la historia de lo que ocurrió con los
afroargentinos en nuestro país, según Marcos Carrizo escritor del libro “La
Córdoba Morena”, en 1813 la Asamblea Constituyente decreta la libertad de
vientres y en 1853 la constitución declara el fin de la esclavitud en todo el
territorio de las Provincias Unidas. Siendo este un periodo, siguiendo al
autor, de transición de un mundo colonial hispanoamericano y el futuro
estado-nación argentino. Carrizo señala en su libro que la libertad de vientres
no significó el fin de las prácticas esclavistas.
Esto es parte de nuestra historia. Vale la pena construir memoria desde
los silenciados, desde los excluidos. Terminando la entrevista Raúl afirma “Córdoba
tiene parte de su historia pendiente. Esa población todavía no está estudiada
en el siglo 20. Los barrios San Vicente, Alberdi, y otros, fueron los últimos
reductos”. Y hace referencia a la importancia de la fotografía de nuestras
bisabuelas, de las tatarabuelas para ir buscando esa historia que forma parte
de todas y todos los cordobeses. Y con respecto a nuestra cultura viva, “hay
cientos de palabras que vienen del africano. Los orígenes del tango provienen
de los arrabales. Y la milonga….”