Vecinos molestos
Vecinos de Jesús María,
cansados de aguantar situaciones molestas, protestaron por el descontrol, suciedad,
ruidos, peleas, música fuerte de los automóviles, que se producen en el casco
céntrico de la ciudad en las madrugadas, cuando los locales bailables y de
venta de bebidas alcohólicas cierran sus puertas.
Y si bien se hacen controles
municipales y actúa la Guardia Urbana Municipal (GUM), esto parece no ser
suficiente. Por eso es que un grupo de
vecinos y padres se ha propuesto poder colaborar de alguna manera con la GUM
para tratar de contrarrestar la situación imperante.
Algunos vecinos reclamaron
por lo parcial de los controles ya que se hacen cuando los jóvenes se retiran
de los lugares de diversión y que no se intensifican las inspecciones en los
propios lugares en cuanto a si respetan habilitaciones, límites de edad de ingreso y venta de alcohol
y si cierran en el horario establecido.
Por paso público en Laguna Azul
Un grupo de
vecinos y asociaciones no gubernamentales organizaron en el Ipem 302 de
Dumesnil una jornada de debate para solicitar a la Subsecretaría de Recursos
Hídricos de la Provincia que se rehabilite el ingreso público a la Laguna Azul,
sector natural ubicado en La Calera.
Hace cinco años el grupo inversor Irsa
adquirió las 442 hectáreas que integran el predio en donde se encuentran las
lagunas y determinó el cierre total del predio con vallas y una garita de
seguridad que impiden el acceso a cualquier persona ajena al complejo. En el
lugar se pretende desarrollar una urbanización de categoría.
En el terreno aún no se advierten
importantes movimientos de suelo y construcciones. Por esta razón también se
intentó desalojar a un grupo de 50 familias, algunas con más de 60 años
instaladas en el cordón de acceso al predio, por la costanera lindante con el
dique Mal Paso en Dumesnil y en los barrios La Otra Banda y El Serrano.
El desalojo de las familias llegó a
ser la principal causa de preocupación, pero ahora los vecinos procuran
recuperar el ingreso al predio como ocurría antes de que fuera adquirido por la
empresa desarrollista.
“La laguna no es
privada, es publica porque es de origen subterráneo y las aguas subterráneas
son públicas, igual que un lago o un río. Entonces, esta corporación está
vulnerando una ordenanza de uso del suelo y una ley provincial. Muchos
calerenses y cordobeses que disfrutamos durante generaciones ese espacio no
estamos dispuestos a que sigan privándonos de su belleza y uso común”, expresó
Emiliano Salguero, integrante de la organización ambientalista Escalera.
En un primer intento,
las instituciones elevarán un pedido formal a las autoridades provinciales, y
si no obtienen una respuesta satisfactoria acudirán a la Justicia para forzar
la restitución de ese espacio, que consideran público.
Sin Festival de la
Amistad
Cuando faltaba muy poco,
cuando ya se habían vendido entradas y se estaba trabajando en los últimos
detalles, se cayó la posibilidad de que se haga la primera edición del Festival
de la Amistad en Mendiolaza.
Qué pasó se preguntará.
Todo comenzó cuando un medio
gráfico de la ciudad de Córdoba tituló que en Mendiolaza se estaba gestando un
record que pretendía romper los límites de fernet tomado. Se armó un revuelo
tras la publicación. Daniel Salibi, intendente de la ciudad, tuvo que salir en
diferentes medios a aclarar que lo que se quería hacer era el brindis más
grande de esa bebida alcohólica.
Nada, ni las declaraciones
de Salibi, pudo detener la avalancha de críticas y comentarios que el todavía
no realizado Festival de la Amistad recibió.
De eso se agarró (la
supuesta incitación a la gesta del alcohol) el gobierno provincial para decidir
sacar la pauta publicitaria y brindar ayuda técnica a Mendiolaza. Tras ello, la
empresa organizadora y el propio intendente optaron por suspender el evento.
Ahora, ¿no sabían los
funcionarios municipales que se iba a hacer una fiesta donde se iba a expender
bebidas alcohólicas? Hace más de un año que se había oficializado la
realización del Festival. ¿No parecen al menos insignificantes y obsoletas las
coartadas provinciales que intentaron justificar otras festividades parecidas?
¿Qué responsabilidad le cabe a Salibi y a la empresa organizadora? ¿La
oposición de Mendiolaza, sabiendo cómo eran las cosas, por qué salió a
protestar cuando se mediatizó la situación?
Una cosa sí que es clara:
cuando un gran medio de comunicación quiere y se lo propone, puede lograr lo
que sea. Un titular puede mucho más que nada.
¿Un hecho vandálico?
Este año nos sorprendimos
con la agresión que sufrió la vivienda y automóvil particular del intendente de
Villa Allende, Héctor Colombo. Nunca se termino de aclarar la situación. Luego
se sucedieron algunos hechos más de menor tenor.
Las hipótesis son algunas,
tomando mayor relevancia las diferencias políticas entre la actual conducción
municipal y otro sector del peronismo local.
El último hecho fue nada más
ni nada menos un incendio en la sede del Concejo Deliberante de Villa Allende
situado sobre calle Alsina. Según precisiones policiales, el siniestro habría
comenzado pasadas la medianoche. Si bien se incendió la puerta de ingreso, se
rompieron vidrios y se arrojó algún tipo de combustible en una de las oficinas,
no se registraron heridos.
A esta altura, y teniendo en
cuenta los antecedentes de 2011, es casi imposible pensar que se trate sólo de
un hecho vandálico, aislado. Esperemos alguna vez poder saber qué es lo que
pasa en Villa Allende, y cuál es el trasfondo.
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