Obama y América
latina
Estados Unidos es, sin duda, uno de los actores más importantes en el
actual contexto internacional, ya que no solo cuenta con la fuerza militar más poderosa y tecnificada
del mundo, sino que además tiene una influencia política muy fuerte. Y es tanto así que no se
podría hablar del actual sistema internacional sin nombrarlo
reiteradamente. Gracias a la historia se puede observar que su política
exterior cambia constantemente y siempre responde a sus propios intereses.
Es fácil ver que bajo las proclamas
discursivas de libertad
y democracia, de defensa
y seguridad
, los
estadounidenses, pese a sus diferentes matices, siempre han buscado implantar
sus valores
y estilos de vida como único camino hacia la paz y el progreso. En este escenario, América
Latina no ha sido
un actor privilegiado de su política exterior .
La historia nos indica que las
relaciones interamericanas han estado caracterizadas, por un lado, por la intervención
militar directa mediante envío de tropas
a nuestros países, o a través de una masiva intervención clandestina, mediante
organismos multilaterales como el FMI, el BM, la OMC y de otros como USAID.
Frente a esta realidad, la reelección
de Barack Obama como presidente de EE.UU. ha generado muchas expectativas entre
los pueblos y gobiernos de AMÉRICA LATIANA,
teniendo en cuenta que los
principales participantes en la formulación e implementación de la política exterior
hacia América Latina son el Presidente y el Congreso de los Estados Unidos.
Por tanto, es probable que
independientemente de quién ocupe la Oficina Oval en la Casa Blanca,
sean republicanos o demócratas, en la política exterior de Estados Unidos no
habrá cambios dramáticos, solo variaciones de matices o tonos, a diferencia de
las políticas que hubiera impuesto el candidato de los republicanos si hubiera
ganado.
El cacerolazo del 8N
En la era de las
siglas, inentendibles para muchas personas, el 8 de noviembre llegó y dejó
sentada la postura de aproximadamente un millón de manifestantes en
todo el país, que se reunieron en las
calles de la capital federal y en algunas provincias argentinas.
Las consignas eran variadas, “la corrupción” una de las más fuertes que se
cantaba en este acto convocado por las redes sociales, un nuevo fenómeno
mediático que aglutina a miles de personas solo con un mensaje de texto , pareciera que ya no hacen falta líderes
agitadores que convoquen a las masas para protestar por tal o cual cuestión.
No a la reforma de la
Constitución , otra consigna fuerte. Con el claro mensaje de que no haya
reforma para la reelección de Cristina.
También hubo aquellas
que rayan en lo chabacano, agresivo y sin estilo para el público manifestante,
en su mayoría clase media alta argentina, educada e informada.
Hubo videos ,
cánticos y mucho ruido de latas.
El gobierno observó
el cacerolazo con atención e
inmediatamente se hizo sentir el mensaje de que, “no se cambiará el rumbo de
las políticas implementadas y pensadas por el proyecto nacional y popular del
Kircherismo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario