Abrir las
puertas
Este será un espacio para pensar el
mundo actual y la sociedad en la que vivimos desde el cruce que supone la
comunicación y la cultura. Un verdadero desafío pero que quizá sea un forma de
empezar a abrir algunas puertas. Preguntar, suponer, reflexionar, polemizar,
afirmar o negar serán premisas de este encuentro. Es que la vida se ha
complejizado de tal manera que las explicaciones requieren de ese mismo
grado de complejidad. Los albores del siglo XXI nos colocan como seres
capaces todavía de torcer un destino que, visto en perspectiva histórica,
parecería llevarnos a nuestra propia autodestrucción. Allí el desafío. Allí la
oportunidad de empezar a abrir puertas de acceso a lugares antes nunca
visitados o que aunque ya se conocen, es necesario volver a revisar.
Las sociedades existen porque alguna
vez algún ser humano se miró con otro, se reconoció, y en ese gesto casi
imperceptible, apareció el vínculo y ya no hubo vuelta atrás. Las culturas
surgieron desde ese instante y nos atraviesan y nos hacen ser lo que somos y no
otros. Nos atraviesan individual y colectivamente y en la medida que podamos
pensar y hacer desde este lugar, las puertas podrán abrirse más y más.
Entonces la idea es hablar sobre lo
que nos preocupa hoy y preguntarnos. Nuevas tecnologías, las industrias
de la cultura y el ocio, el arte en todas sus posibles y humanas
manifestaciones, las nuevas maneras de comunicarnos, lo global y lo local, lo
nuestro y lo ajeno, la participación ciudadana en los nuevos escenarios
políticos. Tantísimas temáticas surgen y mas puertas seguro se podrán
abrir.
Los formatos de presentación de este
espacio debo decir que también serán disímiles: a veces será una exposición de
ideas, a veces un poema, una canción, un cuento breve, un diálogo imaginario. A
veces en primera persona y otras desde un nosotros. O desde una forma
impersonal. No sé. Algunas veces hablaré desde mi lugar como teórico de la
Comunicación, otras lo haré como periodista Y seguro que también como el
artista que soy. Será entonces un ejercicio de libertad que pedirá al lector
que habrá también una puerta de complicidad en este sentido.
Entonces están todos invitados a
compartir este ejercicio de expresión, con la alegría y el convencimiento de
que posible un mundo mejor. Es posible que nuestros corazones y nuestras
cabezas puedan darse la mano alguna vez.
Licenciado en Comunicación Social Jorge
Gaiteri.
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