14 may 2011

Editorial (mayo)


Libertad, libertad, libertad……….

El gran pueblo argentino está en este 2011 frente a elecciones para elegir todo tipo de candidatas y candidatos para regir los destinos gubernamentales en todos los niveles, sean éstos intendentes, concejales, tribunos de cuentas, legisladores, diputados, senadores, gobernadores y presidente/a.
La libertad de elegir a estos representantes la tienen quienes van a las urnas y ponen una boleta a tal o cual lista, de la amplia gama de postulantes a los cargos electivos que existe. 


La libertad es entendida como facultad natural de todo ser humano de obrar, o no obrar, de una manera u otra con responsabilidad sobre sus propios actos. Aunque hay variados conceptos filosóficos de libertad, todos están de alguna manera relacionados con la autonomía, que se entiende como la dimensión de la razón que permite al ser humano pensar dándose normas a sí mismo sin que medie autoridad alguna (definición que impulsó el filósofo Immanuel Kant), lo que conlleva a la responsabilidad personal y social. Para Hegel en cambio, el concepto es fundamentalmente la libertad de Ideas. Lo que produce ciertas contradicciones cuando  la libertad guarda relación con la necesidad de normar la vida humana. Todas las naciones y sociedades formadas sobre el planeta poseen leyes y normas que rigen el comportamiento humano; ¿o podría pensarse por esto, que no hay  libertad alguna? Sin embargo hay quienes piensan sobre qué forma  adquiriría la vida en sociedad si no existiesen dichas normas y pautas de conducta.
Como vemos, la libertad es un concepto abstracto de muy difícil definición, y que además, en el intento por hacerlo, el ser humano se ha encontrado frente a múltiples paradojas. Por ello, es posible que la libertad pueda sólo comprenderse a partir de aquello que no es. En otras palabras, es posible definirla según su contexto y las condiciones en las que se da, ya que en la mayoría de los casos, sólo se puede hacer uso de ella en función de las opciones, siempre limitadas que se nos presentan.
En el caso del que hablamos: el tiempo de elecciones, debemos estar muy atentos al mensaje que se emite al electorado.

El lenguaje político   

Para descifrar  los mensajes de propuestas para el elector, es  en casi todos los casos complejo.  Para  hacer política es condición fundamental poseer cierta competencia lingüística para comunicar ideas e intereses, discutir con los otros/as y articular las demandas con la acción de gobierno.  La capacidad con que cada político utiliza los instrumentos del leguaje adaptándolo a las necesidades de las diversas audiencias y a las metas que se proponen resulta una cuestión determinante para el éxito o el fracaso de su actuación. La política es un juego de palabras, pero lo importante es la sustancia  de la información que se trasmite para convencer al electorado sobre la necesidad de darle apoyo. Cuestión ésta que falla bastante, sobre todo en las comunidades de nuestra región.

Para tener la libertad de elegir, sobre todo qué propuesta se va a votar, es importante también que el electorado tenga criterio claro sobre qué necesidades reales tiene la comunidad donde habita y cuáles de las propuestas representan sus intereses y es confiable a la hora de gobernar.

Tener libertad para elegir, requiere trascender algunos dogmas heredados y crear nuevos paradigmas para el logro de una sociedad libre de  injusticias y marginalidades.      

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