8 ene 2011

EL MIRADOR DE LA ALDEA

¿QUÉ PASARÁ CON EL EX - CINE COLISEO?
Ya ha dejado de existir la confitería Coliseo, que conjuntamente con una peluquería y un SPA conformaban un complejo comercial, al cual había que sumarle una pequeña sala de convenciones ubicadas en la antigua sala de proyección de lo que fuera este cine creado en la década del 50. El 31 de diciembre a las 14 horas se apagaron las luces y se cerró definitivamente este complejo.
Cabe acotar que mientras estuvieron los locatarios que dejaron este emprendimiento, se respetó la estructura y fachada de un emblema del progreso de Río Ceballos.
Desconocemos los pensamientos profundos de sus propietarios sobre el destino de este lugar, pero le recordamos al intendente Gaspar Lemos, y al secretario de Obras Públicas, Orestes Godino, que este edificio no se puede derribar sin tener en cuenta que forma parte del poco patrimonio cultural que le queda a nuestra ciudad.
Hasta ahora ha sido una constante que, casa que queda deshabitada, es casa que se derriba para construir locales comerciales. En una nota llena de errores, un diario de circulación provincial, comentó que Río Ceballos estaba revalorizando algunas fachadas, pero sin embargo esto no responde a la realidad: se están construyendo locales sobre lo que fueron antiguas casas, verdaderos complejos comerciales, sin respetar su identidad arquitectónica.
Esperemos que el Intendente, los secretarios de Obras Públicas y Cultura tengan en cuenta esta situación porque el Coliseo representó una etapa en el desarrollo histórico y económico de la Provincia y de la ciudad, fue por lejos unos de los cines más grandes de la Provincia con más de mil butacas en Córdoba.
Deseamos que este patrimonio se respete y sea –al menos sentimentalmente- de los rioceballenses- y no caiga en la insaciable caja registradora de las inmobiliarias y desarrollistas urbanos.
La municipalidad tiene la responsabilidad de que en el año venidero esa mole arquitectónica no sea destruida para que allí se levanten locales comerciales.
ÑU-PORÁ habló con una de las integrantes de la Sucesión Aledo, propietarios del ex cine y manifestó que la idea era respetar la estructura de lo que fuera la señorial sala. Admitió que en el local estaba interesado un empresario teatral que deseaba revitalizar este complejo. No obstante también está la idea de alquilar ese edificio a una entidad nacional ¿Afip o Anses? Aunque también se admitió que deseaban que el tiempo pasara para lograr un mejor destino para la propiedad.
Esperemos que los viejos fantasmas del Roxi, que relata tan bien Joan Manuel Serrat en una canción, aparezcan en esta construcción –por ahora abandonada- con la sensualidad plasmada en el celuloide de Kim Novak y William Holden en un erótico pic-nic que hizo historia en el cine.
 EL SERVICIO URBANO EN DEUDA CON RÍO CEBALLOS
En esta sección y en reiteradas ocasiones hemos hablado de las graves falencias del servicio urbano e interurbano. Volvemos a insistir con la prestación de los ómnibus urbanos que, en primer lugar, son modelos antiguos y sin mantenimiento; cuando subimos, como segunda deficiencia encontramos que la higiene no reina en estas unidades; en tercer lugar cobran un precio –por un pésimo servicio- que no ha sido fijado por ordenanzas municipales. Con el pretexto de la falta de cambio, el precio del boleto que debe costar 1,70 peso se eleva a 1,75 –por el redondeo, sabe- y si no hay monedas el precio puede ascender a 2 pesos directo y finalmente las frecuencias dejan mucho que desear. Un sábado por la tarde o un domingo uno se puede eternizar esperando alguna de las unidades que integran las cuatro líneas, entonces debe apelar para una urgencia a un interurbano que le cobra por un viaje local, el mismo precio que de Río Ceballos a Unquillo.
Pero en este contexto de irregularidades el poder concedente pareciera haberse borrado del mapa. Pareciera que no hay personal municipal que controle la limpieza de las unidades, ningún funcionario se sube un día de lluvia para verificar que llueve más adentro del transporte que afuera. Nadie controla que las ventanillas no se cierran en los fríos días de invierno, ni hay cortinas que protejan al usuario del sol del verano. Pero además ¿Quién inspecciona los neumáticos que, en la mayoría de las unidades, están totalmente lisos?
Con la ausencia del municipio, la empresa Intercórdoba hace su negocio con una muy baja inversión y alta rentabilidad, porque todos esos ómnibus locales ya están totalmente amortizados y no hay ninguna exigencia para que sean reemplazados. 
No se sorprenda el usuario que ante este ineficiente servicio, posiblemente la empresa Intercórdoba solicite a Gaspar Lemos – a través de la secretaría de Obras Públicas- un incremento en el precio de la tarifa y no hace falta tener la bola de cristal o ser vidente para saber los resultados de esa gestión, es decir que se aprueben los precios que fija la empresa, sin un estudio de costo municipal.
Por eso decíamos en el título de la nota que el servicio urbano de ómnibus está en deuda con la comunidad de Río Ceballos.

LAS TRANSGRESIONES CIUDADANAS
Río Ceballos se vende como un pueblo turístico, aunque el empuje para revitalizar esta área, que tuvo su esplendor en las décadas del 40, 50 y 60, funciona a media máquina tanto en el sector privado como oficial.
Dicen que un pueblo que se precie de turístico debe tener mucho ruido, mucha música, especialmente en horas de la noche. Como para funcionarios que ejercen el manejo del área sin conocer -sin siquiera haber estudiado materias de turismo-, el ruido y estar en los medios es la mejor manera de vender un pueblo turístico, aunque haya otras alternativas de turismo. Pero bueno, si no se sabe, no es posible que tengamos un plan director de turismo. Entonces se busca meter ruido en boliches que no reúnen las condiciones edilicias, como es el caso de Manuel-Manuel, en donde los vecinos siguen padeciendo un negocio ubicado en medio de casas de familia, otro tanto sucede con un nuevo boliche que se ha habilitado en avenida San Martín 5.300, que es una especie de resto-bar, también rodeado de viviendas, con el agravante que en la vecindad –cruzando la avenida- hay un geriátrico. Digamos que en Río Ceballos hay una especie de todo vale, y las ordenanzas que se deberían cumplir son las grandes ausentes.
Existe una ordenanza que prohíbe, después de determinada hora, la venta de alcohol. Pero no se preocupe, esa norma legal es pasada por alto y la policía y los inspectores municipales no la hacen cumplir.
Después de las 22, kioscos o pequeños almacenes que estén abiertos, venden bebidas alcohólicas sin verificar el documento y eso lo puede comprobar cualquiera que camine las calles o balnearios de Río Ceballos.
Pareciera ser que en nuestra ciudad no hay un funcionario que se encargue de controlar los espectáculos públicos en la noche de Río Ceballos.
Y por si todo esto fuera poco, los casinos que tanto se reclamaron durante años, se instalaron y no fueron ninguna solución, salvo el ingreso que por juego tiene la municipalidad. Los visitantes que vienen a jugar en los dos casinos que tienen slots, no gastan dinero en Río Ceballos y el residente de la ciudad que se apega al juego deja su sueldo y sus ahorros en estos centros de juego.

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