9 mar 2015

Inundación en Sierras Chicas

Los por qué de una catástrofe anunciada
Tratando de comprender un poco más y movidos por la inquietud de si se hubiese podido evitar parte de las consecuencias que la crecida de los ríos provocó en el corredor,  consultamos al geógrafo de Villa Allende Joaquín Deón. Estudioso de la cuestión agua en  Sierras Chicas, el profesional sostiene que la educación, un sistema de alerta, la forestación y cuidado del bosque nativo restante, y la planificación son prioritarias para contrarrestar nuevos episodios y los efectos que la minería y urbanización han provocado en el ambiente.
¿Se podrían haber minimizado las consecuencias de esta catástrofe?
Yo creo que las consecuencias podrían haber sido menores. Hay que tener en cuenta que todas las localidades de Sierras Chicas nacen en torno a los arroyos. Y nacen al mismo tiempo que se desarrollan las dos principales prácticas que son las que generan la pérdida de bosque en las cuencas donde están las localidades.
¿Cuáles?
La primera es la práctica extractivista minera, que hasta la década del `60, aproximadamente, es la que más degradó y dejó sin los bosques nativos a nuestras serranías. Los bosques fueron perdiéndose a costa de la  ampliación minera no metalífera, principalmente la producción de cales y roca granítica, y, después, de la  producción y exportación de leña. Paralelamente, el proceso de urbanización empezó a darle mayor importancia al veraneo, entonces se dio un periodo de auge, de construcción de casonas; el pueblo miraba al río. Esto con el tiempo fue cambiando. Si una se pone a ver el crecimiento urbano de los ’70 para acá, muchas de estas localidades empiezan a sufrir la llegada de personas que vivían en Buenos Aires, que eran los herederos de estas tierras y que consiguen trabajo en la ciudad de Córdoba. Se empieza a dar una relación más directa con la capital cordobesa.
Se van conformando como ciudades dormitorios
Claro. Comienzan a darse las primeras bases para esto que luego dar a llamar algunos teóricos como ciudades dormitorios. Los avances en estas ciudades, que empiezan a gestarse a partir de la década del ’80, empiezan a darle la espalda al rio y se pierde la relación directa de dejarle al río su espacio que merece para que las aguas que vierten en  el verano vayan a ese cauce y puedan escurrir con tranquilidad. Con esto, se empezó a ampliar la urbanización en proximidad de los ríos, y al mismo tiempo, hacia las laderas de la ruta E-53, para el lado de Juárez Celman, Salsipuedes, Ascochinga, y el impacto sobre la cuenca empieza a ser otro. Ya no es que se quita parte del bosque sino que el reemplazo del mismo en algunas zonas es total, y se hace en dos sentidos. Una, por urbanización, lo que implica impermeabilización del suelo, no en todas las localidades del mismo modo y nivel, y por el otro lado, el recambio de la vegetación nativa por especies exóticas, como siempre verdes, sauces, pinos.
¿Qué impacto genera esta situación?
Las nuevas maneras en que el suelo responde a estos cambios, y la capacidad de absorción de agua o de eliminación del agua por medio de correntinas en las épocas de lluvias, actúa de dos formas: generando periodos de inundaciones, y periodos de baja disponibilidad de agua. Las comunidades que en tiempo de sequía llevan adelante su abastecimiento desde la propia cuenca, son las que, en primer lugar, se ven afectadas por la baja disponibilidad de agua, pero al mismo tiempo, empoderadas por generar las bases para la organización social, y es donde nacen la cooperativas en las décadas del `70 y `80 en casi toda Sierras Chicas. Entonces, la baja disponibilidad de agua es fuente de organización social. Si lo vemos del lado de las inundaciones, el 15 de 1939 se da una de las inundaciones más grandes que hubo en la región, que lamentablemente tuvo víctimas fatales. La poca organización social que se generó luego de la crecida, posibilitó el nacimiento de algunos de los municipios de Sierras Chicas, como Villa Allende, La Calera y Saldán. Hay una relación directa entre la baja disponibilidad de agua, las crecidas y el nacimiento de las instituciones principales.
¿Se podía avisar a la población lo que estaba por suceder?
Lo que ha pasado ahora, ha disparado el temor ante nuevas alertas y, derivado de esto,  las nuevas alertas que se generan. Lo que habla de algo que no se hizo, que es un sistema de alerta temprano ante estas situaciones. Hubo tiempo para avisar lo que iba a pasar. Lo que ha provocado esta catástrofe, con todo lo que ha costado en vidas humanas y en lo material, es la necesidad de contar con un sistema de alerta y empezar a mirar lo que muchas organizaciones e instituciones vienen diciendo, que hace falta conservar las sierras. Y lo decían por la falta de agua, ahora estamos en otra situación.
Muchos funcionarios alegan que, ante la magnitud de la lluvia caída, es poco lo que se puede hacer y que la degradación del territorio no tiene incidencia.
La degradación tiene muchísimo que ver. Obviamente que sí, hubo una gran cantidad de precipitación concentrada en un lapso de tiempo corto, doce horas. Doce horas que también dio tiempo, a que la crecida que empezó en Río Ceballos, que llegó a las dos horas a Villa Allende, a que se alerte a las localidades que están en camino. Fueron y son precipitaciones excepcionales pero no fueron las únicas. No han sido los únicos avisos que ha dado el estado climático de los dos siglos últimos en la región como para decir “esto pasó solamente ahora y fue una tsunami del cielo”, como dijo el gobernador. No. En el `39 pasó, en el `70 pasó, en `62 pasó, en el 2000 pasó, y de ahí para acá, cada vez  más seguido. No con la misma magnitud, claro, pero en el 2000 cayeron entre 100 y 160 milímetros en una hora y media. No hay que entender a las lluvias solas y afectando porque sino caemos en este determinismo de que la naturaleza actúa sobre nosotros sin poder hacer nada. Y esto nos llevaría al discurso más economicista: hagamos obra pública para defender a las poblaciones afectadas por las catástrofes. No es sólo obra pública, a esto hay que hablarlo, trabajarlo en ámbitos educativos y políticos, en ámbitos laborales. Tiene que empezar a ser parte no sólo de las decisiones del Estado, sino también de la conciencia de la ciudadanía, saber que en los veranos llueve en Córdoba, que el avance de la urbanización y la degradación de los bosques naturales en la zona de cuenca ha sido tal, que la situación que vivimos puede volver a pasar. 
La planificación de las ciudades es deuda pendiente en algunas localidades
Sí. Al avance de planificación a nivel local está dado, se va avanzando. La ausencia de leyes en el ámbito de los ejidos municipales locales no quita que las normas en el ámbito provincial no lleve a que las cuencas se conserven. Aun pasando estas catástrofes naturales, aun con leyes vigentes, y aun con disputas de ejidos entre la Provincia y municipios, se sigue ampliando el desmonte. Se sigue haciendo oídos sordos y vista ciega. Es necesario pensar la planificación y la gestión ambiental como algo que traspasa todo, y que nos tiene que involucrar a todos dentro del sistema cuenca. Nos tenemos que pensar con y en parte de ese sistema. Y la planificación no tiene que ser de una gestión, tiene que ser a largo plazo. 
Esto habla de la connivencia entre estados y empresarios.
Esto no se puede desentender, como bien lo decís, al ámbito político partidario y gubernamental del ámbito empresarial. Son conjunto de empresas los que también actúan al interior de los estados mediante fundaciones, te puedo nombrar Fundación Córdoba Mejora, Fundea, en algunos casos Fundación Mediterránea. Distintas organizaciones empresariales que buscan llevar adelante el desarrollo de su interés económico comercial. Y fíjate quienes son los que detentan el poder a futuro y vas a ver muchos de los apellidos y de las familias empresarias que están de candidatos a puestos políticos. Ante eso, la comunidad tiene muchísimas herramientas, sin embargo, la participación es muy baja.
¿Qué sería lo inmediato a hacer?
Yo creo que para disminuir la severidad del accionar del agua y la correntía en época de muchas lluvias, lo primero es trabajar con educación, entender que somos sistema cuenca; saber cómo manejarnos en situaciones como esta, enseñar esto, y generar un sistema de alerta. Abrir la puerta a actividades de forestación con especies autóctonas y planificar el crecimiento y desarrollo de la región, son parte de las acciones primordiales.
¿Cuánto de bosque nativo queda en píe en Sierras Chicas?
Del total de bosque que había entre la ruta 9 Norte, desde Córdoba a Jesús María, hasta la divisoria de agua de Sierras Chicas, en la actualidad debe quedar entre un 10 y un 12 por ciento.


No hay comentarios:

Publicar un comentario