9 mar 2015

Otra lucha: la fortaleza y la solidaridad tienen forma de mujer

Cuando coinciden, tanto en el tiempo como en el espacio, una tragedia y un año electoral; se arma una especie de cóctel que muy poco tiene que ver con la resonancia de un acto solidario, y que sólo aporta a la confusión. Por suerte estas fuertes y voluntariosas mujeres nos demuestran que el amor por el prójimo y la fraternidad no conoce de banderas y colores políticos.
Liliana Sarria, Sandra González y Zulma Ceballos están congregadas en el Club La Quebrada. Las dos primeras como evacuadas de Colanchanga, la tercera como Voluntaria.
Entre las 3 se han puesto al hombro la tarea de llevar adelante este centro de evacuados, habiendo logrado conseguir un camión para poder subir hasta Colanchanga para repartirle insumos a vecinos que no pueden llegar hasta el Club. En este lugar han llegado a confluir 40 evacuados de ese alejado barrio.
Con respecto a lo que vivió cada una, Liliana nos dice: “Tardamos 4 años en recuperarnos de la crecida del 2011, y esta fue peor, no sé cuanto vamos a tardar en recuperarnos”.
Además comentan que a la comida al principio la llevaba el Paicor pero ahora son ellas quienes cocinan, en parte con lo que se donó, y en parte con algunas compras que realizan ellas mismas (Carnes, verduras, etc). A toda la gente que llega al Club a buscar algo se les da, pero para darle mayor transparencia se anota cada cosa con nombre y apellido. “Es para que la gente sepa que todo lo que han donado se les da a las personas que lo necesitan”, nos dice Sandra.
Todas las personas reunidas en el Club La Quebrada conviven en tranquila armonía, colaborando cada uno en lo que pueda. Sólo hacen mención a un momento feo que vivieron. Dos mujeres que teóricamente se acercaron como voluntarias a ayudar, en realidad respondían a un político; y además de malos tratos, tenían la intención de tomar parte de las donaciones para distribuirlas por su cuenta haciendo probablemente proselitismo.

Las mujeres del Club La Quebrada rechazan la cercanía de partidos políticos. “No queremos políticos, queremos que la gente vea que todo lo que se hace es por solidaridad, y no por política”, se oyó apenas Periódico Ñu Porá ingresó al establecimiento. Y comentan además, que cuando decidieron tomar esa medida, dejaron de recibir ayuda del Municipio.


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