Cuando los Aymara explican su pasado lo hacen abriendo sus brazos hacia adelante y los van extendiendo a medida que se remontan en el tiempo. Cuando se refieren al futuro lo hacen señalando con su dedo pulgar sobre sus hombros. Esta concepción del tiempo esta relacionada con dos vocablos: la palabra aymara que indica el pasado es nayra, que significa “ojo, a la vista” o “al frente” y la palabra qhipa, que quiere decir ”detrás”o “ a la espalda”.
“Ver el pasado” fue la idea que me quedó dando vueltas y “el futuro en nuestros hombros” como quien lleva una mochila. Pero la idea de mochila que me surgía no era la de un peso al que hay que arrastrar, sino la de un conjunto de objetos que todo mochilero lleva sabiendo que en algún momento le harán falta.
También me vino la imagen tantas veces vista de las mamás de los pueblos de nuestra América que llevan a sus hijos, a sus “guaguas” atados a sus espaldas con tanta naturalidad: llevan el futuro en sus espaldas, lo que viene, lo que será el reflejo de lo que están viendo que se hizo en el tiempo pasado. Nada menos.
Estará en cada uno de nosotros, cada cual desde su lugar, desde el más encumbrado al más pequeño, con alegría y pasión, creyendo y confiando que el tiempo puede estar de nuestro lado, la hermosa tarea de llevar el futuro en nuestras espaldas.
Como no podía ser de otra manera en esta nota de fin de año, ya que en casi todas las que escribí fue así, va un pedacito de una canción.
Te convido a creerme
cuando digo futuro
Si no crees mi palabra
cree en la angustia de un grito
cree en la tierra
cree en la lluvia
cree en la savia.
(Fragmento de la canción “Cuando digo futuro” Silvio Rodríguez)
Por Jorge Gaiteri
Lic. en Comunicación Social
Integrante de Dúo Cadencia
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