12 dic 2014

Medidas para habitar el planeta

El calentamiento global es un hecho, dice la comunidad científica, que se reunió  en Lima


“Todavía hay tiempo, aunque muy poco tiempo”, dicen los expertos, y el cronómetro ya echó a correr en la cumbre climática que se reunió  este mes  en Lima. De allí salió un borrador de cara a la cumbre decisiva, la del año que viene en París. En esta cita se han depositado todas las esperanzas. De ella deberían salir ambiciosos objetivos de reducción de emisiones de gases, un tratado que sustituya al de Kyoto. El encuentro de París debería romper el sabor amargo que dejó el fracaso de Copenhague hace cinco años, e implicar por fin a los principales actores, China y Estados Unidos.
La cantidad de gases de efecto invernadero enviados a la atmósfera alcanzó un nuevo máximo histórico en 2013. Así lo reveló a principios de septiembre la Organización Meteorológica Mundial. El dióxido de carbono ha aumentado su concentración a un ritmo que no se observaba desde hacía casi treinta años. El cambio climático ya es una realidad, y está causado por la mano del hombre.Si no se hace nada, si no se recortan emisiones, las temperaturas podrían subir hasta en 4,8 grados, con lo cual el volumen de los glaciares se reduciría en un 85% y el nivel del mar podría subir hasta 0,82 metros; esto afectaría gravemente el equilibrio de los ecosistemas.
El mundo se enfrenta a un cambio de modelo energético. Reducir emisiones a cero de aquí a final de siglo significa renunciar a petróleo, gas y carbón progresivamente.
El giro hacia un nuevo modelo significa apostar por otras fuentes. Los ecologistas apuestan por un modelo basado 100 por ciento en las energías renovables. La cuestión de fondo es si el estilo de vida de los países ricos, con sus elevados niveles de consumo de energía, es compatible con un planeta sano. Y si las nuevas fuentes cubrirán las necesidades que genera ese estilo de vida.
El reto de la transformación del modelo energético-productivo se topa con la resistencia de grandes empresas del petróleo, gas y carbón, que perderían gran parte de su negocio si no se reinventan. Un estudio publicado el año pasado señala que la crisis climática ha sido causada fundamentalmente por 90 empresas, entre ellas, Chevron, Exxon, Shell, Repsol y Gazprom. Stern.
 Para algunos, la cuestión de fondo reside en los insostenibles niveles de consumo que acarrea un estilo de vida que se generaliza conforme los países se desarrollan.
Cada nación debería fijar su contribución al proceso de cambio. El giro que el planeta requiere, como se deduce del análisis de la comunidad científica, podría conducir a otro mundo. La transformación del mapa energético, la reducción de la dependencia del gas y del petróleo, podría alterar sustancialmente el tablero geopolítico.

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