9 sept 2014

Entrevista al biólogo Raúl Montenegro

En el año 2001 la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó a los campos magnéticos de frecuencias extremadamente bajas que producen por ejemplo líneas de media y alta tensión como posibles cancerígenos humanos (grupo 2B). Diez años después el IARC también clasificó a las radiofrecuencias –entre ellas las microondas de la telefonía celular, incluidos sistemas Wi-Fi - como posibles cancerígenos humanos (grupo 2B).
En el caso de Unquillo, el intendente Germán Jalil expuso por radio Nativa una argumentación que aparentemente le dio la empresa ALPHA TEL S.A. sobre la inocuidad de las antenas emisoras de microondas. Vamos a darle el beneficio de la duda al intendente creyendo que ha sido asesorado por una empresa que tiene un interés específico. Ya Monsanto habla de la biodegradabilidad del glifosato que hoy sabemos es un asesino invisible. Existen muchos estudios en el mundo que entrelazan la tecnología Wi Fi con diversas enfermedades, pero a la vez, también hay estudios realizados por estas corporaciones que dicen que no hace absolutamente nada a la salud. Esta estrategia corporativa confunde al usuario que no sabe a quién creer. Mientras tanto, en Río Ceballos y Unquillo avanzan con la instalación de estas antenas.
Para aclarar estos puntos desde la buena ciencia entrevistamos al Dr. Raúl Montenegro, biólogo, profesor titular de Biología Evolutiva en la Universidad Nacional de Córdoba y premio Nobel Alternativo 2004.

¿Por qué razón la OMS considera posible cancerígeno humano a las radiofrecuencias que emiten sistemas de telefonía celular, incluidas antenas de telefonía y Wi-Fi?
Es el resultado de una cuidadosa investigación realizada por investigadores de 14 países como parte de las actividades del IARC, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer de la OMS. Sus resultados, contenidos en una publicación de 400 páginas accesibles gratuitamente por Internet, quedan bien resumidos en esta frase del panel: "Se observó asociación positiva entre la exposición a radiación de radiofrecuencias de telefonía sin hilos y glioma y neuroma acústico" (página 421). Estas asociaciones con tumores de cerebro y del nervio acústico fueron observados por el Grupo de Estudio Interteléfono (Interphone Study Group) y el equipo de Lennart Hardell en Suecia. Obviamente, las empresas de telefonía celular y los proveedores de sistemas Wi-Fi se cuidaron mucho de difundir la clasificación del IARC. Pero todos los ciudadanos deben saber que, siguiendo los criterios del IARC, este tipo de radiación no ionizante es un posible cancerígeno humano".

¿A qué se refiere usted con radiación no ionizante?
Dentro del espectro electromagnético las ondas quedan comprendidas dentro de dos universos distintos. La radiación no ionizante, que no afecta los electrones de los átomos y moléculas, como por ejemplo campos magnéticos de frecuencias extremadamente bajas y radiofrecuencias, y la ionizante, que expulsa los electrones de los átomos y moléculas haciéndoles perder su neutralidad, pues quedan con carga positiva. Ejemplos de radiación ionizante son los rayos X y la radiación Gamma.

¿En qué parte del espectro electromagnético está la telefonía celular?
Imaginemos que colocamos en una línea recta todas las componentes de radiación que conocemos, y que en el extremo izquierdo están las frecuencias extremadamente bajas, como campos magnéticos, y en el otro extremo las extremadamente altas, como radiación Gamma y radiación cósmica. Desde el extremo izquierdo hasta el extremo derecho se suceden, cada vez con frecuencias más altas, y mayor contenido de energía, campos magnéticos, radio AM, radio de onda corta, televisión, radio FM, radar, microondas, infrarrojo, visible, ultravioleta, rayos X, radiación Gamma y rayos cósmicos. La telefonía celular y las antenas de Wi-Fi, por ejemplo, operan con microondas.

Si las microondas de la telefonía celular y de las antenas de Wi-Fi por ejemplo no hacen saltar los electrones de los átomos y moléculas ¿a qué nivel actúan?
La radiación NO ionizante, que como bien dice Usted no desplaza los electrones de átomos y moléculas, actúa en realidad sobre los núcleos atómicos. Induce por ejemplo fenómenos de resonancia magnética nuclear que pueden desencadenar –a su vez- otras alteraciones en células, tejidos e incluso órganos. Lo que debe entenderse es que el organismo humano nunca está sometido a la contaminación por un único tipo de energía o de sustancias química, sino a un cóctel. Esto hace más complejos los efectos y el control, ya que se controlan mal, los distintos contaminantes por separado.

¿Cómo pueden resumirse los efectos negativos de las microondas de teléfonos celulares, antenas de telefonía celular, antenas de Wi-Fi y routers por ejemplo?
Básicamente producen efectos térmicos en las células, tejidos y órganos, pues las microondas hacen que las moléculas de agua se agiten, con lo cual se genera calor, y efectos térmicos. Lamentablemente las normas ICNIRP que hemos adoptado para regular la radiación no ionizante de frecuencias altas –por ejemplo de telefonía celular- están basadas solamente en los efectos térmicos. Aunque resulte inexplicable, no se consideran los efectos no térmicos, que son los que más nos preocupan.

¿Cuáles son los efectos térmicos y no térmicos?
Una abundante bibliografía ha encontrado efectos térmicos negativos a nivel ocular, testículos y procesos de desarrollo. En cuanto a los efectos no térmicos podemos mencionar cambios, generalmente negativos, a nivel de proliferación celular y membranas celulares, en la barrera hematoencefálica que protege el cerebro, y en las concentraciones de la enzima ornitíndecarboxilasa y la hormona melatonina. Son ya clásicos además los daños en sistema nervioso central, como los ya citados gliomas y neuroma acústico además de alteraciones en el sistema inmune. Obviamente, estos efectos varían con los niveles de energía de la radiación y el tiempo de exposición. Lamentablemente, la radiación de microondas inunda todos los ambientes, y en algunos casos con valores de densidad de potencia muy altos.

Usted habló de las normas ICNIRP ¿Esas normas no nos protegen entonces?
Definitivamente no. En Argentina se adoptaron los cuestionados criterios ICNIRP que establecen por ejemplo, para telefonía celular analógica (800 MHz, MHz = mega herzios) un límite permitido de 450 microvatios por centímetro cuadrado y para sistemas digitales (1900 MHz) un límite de 950 microvatios por centímetro cuadrado. El estándar que se utiliza en Argentina, y que supuestamente protege nuestra salud, es 30.000 veces más alto que el estándar propuesto en la Conferencia de Salzburgo, a su vez relativamente conservador, que es de 0,03 microvatios por centímetro cuadrado. Ningún trabajo publicado ha demostrado, hasta ahora, que las microondas sean inocuas. Cuando algún laboratorio hace mediciones de densidades de potencia, por ejemplo alrededor de una antena de telefonía celular, lo más probable es que indique que los valores encontrados se encuentras por debajo de los estándares vigentes en Argentina. Eso sí, ningún profesional encargado de las mediciones va a firmar, junto a ese informe, que los valores hallados son inocuos para la salud.

¿Cómo debe actuarse entonces frente a esta desactualización sorprendente y al mismo tiempo sospechosa?

Para empezar puede haber y de hecho existen tecnologías de telefonía celular con mucha menor producción de radiación dañina para la salud y el ambiente, porque no solo se afecta la salud humana sino también el ambiente, incluidos otros seres vivos. Por otra parte lo que corresponde en Argentina es actualizar por ejemplo la Resolución 202/1995, algo que ya está en camino a través de un proyecto de ley con estándares realistas. Mientras esto sucede, corresponde aplicar a rajatabla el Principio de Precaución que establece el Artículo 4 de la Ley Nacional de Ambiente 25675. De lo contrario, funcionarios públicos y responsables de empresas terminarán siendo co responsables de daños a la salud. Las acciones civiles y penales contra estos responsables es una cuestión de tiempo.

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