Editorial (Marzo)

por Adriana Spila

A cien años del Día Internacional de la mujer

Un 8 de marzo diferente

A Clara, Rosa, Mariana y en ellas a todas las mujeres que defienden sus derechos.

A cien años del día Internacional de la Mujer, Clara Zetkin, conductora del movimiento internacional socialista y su compañera de ideas Rosa Luxemburgo, propuso en la Conferencia de Copenhague en 1910 que se instituyera el Día Internacional de la Mujer. El que representaría hasta nuestros días, las acciones de las mujeres de todo el mundo por la conquista de sus derechos y las construcciones de sociedades más justas e igualitarias.

El día 8 de marzo fue elegido en homenaje a las 120 trabajadoras de la fábrica Cotton Textile Factory de Nueva York que fueron quemadas por exigir mejores condiciones de vida, salariales y laborales.

La historia de la humanidad siempre fue escrita por los vencedores, los ricos, los blancos, los occidentales, los hombres. Por ello aún hoy, el papel de la mujer se halla muy fragmentado en todas las sociedades, aunque resulta imperioso reconocer que aun cuando se les haya asignado dominar las herramientas de trabajo doméstico, la mujer siempre cultivó el espíritu anticonformista y transgresor de las normas impuestas y supo dar cauce a las rebeldías, convirtiendo en hechos políticos todo tipo de injusticias.

Un símbolo emblemático en Francia, es el busto de Mariana con su gorro frigio, alegoría de la libertad y la República y Olimpia de Gouges, autora de la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadanía, la defensa más radical a favor de las reivindicaciones de las mujeres, guillotinada dos años después.

Micaela Bastidas, esposa del Inca Tupac Amaru, fue estratega y líder de su pueblo en la lucha contra el colonialismo, pero menos conocida que su marido.

Juana Azurduy, nacida un 8 de marzo, mientras se recuerda el bicentenario de las luchas emancipadoras, se olvida el nombre de aquella mestiza con grados militares en la guerra gaucha del Alto Perú contra los realistas españoles. 

En Argentina las históricas, Alicia Moreau de Justo, Eva Duarte y otras muchas fueron incansables en la defensa de los derechos.   

A veces confundidas entre mitos y leyendas es necesario rescatar historias de aquellas que cumplieron un rol fundamental en la vida de cada pueblo, donde muchas aun viven en el anonimato.

Muchos fueron los intentos por ganar fuerzas, espacios y visibilidad en estos cien años de lucha contra de la discriminación de todo tipo hacia la mujer y pocas la voluntades políticas para revertir tal historia.

No cabe dudas que este 8 de marzo, una gran cantidad de mujeres se levantará antes que nadie a preparar el desayuno y luego continuará con su rutina habitual ignorando u olvidando que desde hace cien años este es su día.

Otras saldrán a las calles para ponerle voz a los viejos reclamos nacidos en el mismo momento en que la balanza de poderes entre géneros perdió el equilibrio, si alguna vez lo tuvo...

Otras, recibirán con agrado el “feliz día” por ser mujer y no por los espacios ganados como debería ser.  

 A un siglo de haberse instituido la conmemoración del día Internacional de la mujer un 8 de marzo, aun no es un día de fiesta ni de realizaciones, es un día de reflexión y de lucha para continuar avanzando en la conquista de los derechos, de la equidad y la justicia, a pesar de los muchísimos logros conseguidos.