9 mar 2011

El camino de Pajas Blancas

La enfermiza necesidad de cambiar nombres
El camino de Pajas Blancas
En estos últimos tiempos se ha desatado una polémica entre el gobierno, los familiares de Agustín Tosco y parte de la comunidad sobre el nombre que llevará la ruta E-53 –conocido camino de Pajas Blancas-; la legislatura Unicameral le ha puesto ese nombre a la ruta E-53, quitándoselo a la avenida de Circunvalación que de ahora en más se llamará Brigadier Juan Bautista Bustos. Más allá del menudo lío que representa llamar a una tradicional ruta con el nombre de un destacado gremialista: Agustín Tosco y poder internalizarlo en nuestra mente, no es fácil decir: “voy por la Tosco”, en vez de ir por la ruta de Pajas Blancas.
¿Cómo nació la tradicional ruta de Pajas Blancas?
Nuestras lectoras Isabel Márquez de Benitez y María del Cármen Márquez dicen que “Ante la nueva modalidad de demoler edificios o cambiar el nombre de las rutas o autopistas, tan alegremente de las autoridades, las que suscriben Sras. Isabel Márquez Tolozana, Azucena Márquez Tolozana, María del Carmen Márquez Tolozana y familias, descendientes directas de don Rafael Tolozana queremos hacerle llegar una breve reseña de donde proviene el nombre de la tan reconocida ruta E-53 o Camino Pajas Blancas, por Pajas Blancas-Aeropuerto Pajas Blancas en su momento”.
LOS ORÍGENES
Dicen nuestras lectoras que la historia comienza en el año 1893 cuando llega desde Ejea de los Caballeros, provincia de Zaragoza –Castilla La Vieja, España- Don Rafael Tolozana “con sus jóvenes 24 años. Se afinca en la zona y al año siguiente contrae matrimonio con Jesús Mercedes Castro, oriunda del lugar. Adquirieron doce hectáreas a la señora Marta Urrestezaga de Pizarro, parte de la estancia grande de don Manuel Pizarro”.
A partir de esa compra (don Rafael) “primero tuvo quintas y al poco tiempo instaló la proveeduría de Las Pajas Blancas, pues los pastizales de paja brava que caracterizaban al lugar le recordaban a su terruño, allá en España.
Nuestras cronistas relatan que de proveeduría pasó a ser posta “ya que era el punto intermedio entre Córdoba y Río Ceballos, y de allí a Jesús María, donde se descansaba y se cambiaban los caballos, así uno de los pasajeros habituales fue Abdón Atea” (quien luego construyó un fuerte emporio comercial en Río Ceballos, que por avatares de la economía y el mal gerenciamiento ya ha desaparecido).
Recuerdan que la familia Tolozana fue prolífica, tuvieron 10 hijos, y agregan que “Modesta, nuestra madre, era la menor. Por aquel año de 1916, don Pancho Luján y la señorita Catalina Vera Peñaloza (Hermana de Rosarito, creadora de los jardines de infantes) comenzaron a dar clases a los niños del lugar en la casa de don Rafael hasta 1952, fecha en que se inauguró la actual Bernardino Rivadavia”.
Como dato anecdótico y dirigido a los nostálgicos burreros, estos “recordarán las carreras cuadreras que se hacían donde hoy está el Vivero Lindo, organizado por los hermanos Tolozana, cuya partida era desde la vivienda que aún está en pie”.
La carta, una breve historia de una traza que une Río Ceballos con Córdoba y en donde se encuentra uno de los aeropuertos más importantes en el país, concluye “esta pequeña historia familiar no es más ni menos que parte de la historia de nuestra región. Por ello queremos que se conozca y se difunda y se defienda para que cada habitante de las sierras chicas y todos los que circulen por esta ruta sigan llamando: Camino a Pajas Blancas, o por Pajas Blancas…. ¡Como desde hace ciento diecisiete años!”.

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