8 oct 2014

Resolución de conflicto

Siempre que hablamos de violencia escolar pensamos en las actitudes agresivas de los estudiantes hacia sus compañeros o hacia los profesores. Sin embargo también existen casos de agresión de estos últimos hacia sus pupilos. Son episodios que, pese a no estar generalizados, enrarecen sobremanera el desarrollo de la vida en los colegios y escuelas.

En ningún caso es justificable este tipo de violencia, pero es más grave cuando tiene su origen en una persona adulta, plenamente responsable de sus actos, preparada (al menos en teoría) para hacer frente a las presiones psicológicas inherentes a su profesión y que debe erigirse en ejemplo a seguir por los jóvenes que están a su cargo.

Esta cuestión vuelve al primer plano de la actualidad tras el caso en algunos colegios de nuestra región, donde los alumnos no quieren asistir a clases o han dejado de ir,  debido al trato de algún docente.

Ante estos casos hay diferentes formas de solución, según el caso.  

Cuando se presenta un caso de violencia por parte de docentes, el proceso a seguir para solucionar la situación se inicia con la denuncia ante las autoridades del centro de estudios y si es procedente  se abre, un expediente sobre el caso. Esto se hace tras un proceso en el que se cotejan las impresiones de todas las partes implicadas y se delibera sobre el peso que tienen los hechos.

La resolución de este organismo se devuelve a Inspección, que comunica a los interesados la sanción impuesta al docente. Ésta puede cristalizarse en la suspensión de empleo, el traslado, e incluso la inhabilitación, penalización extrema para la cual es necesario recurrir a los tribunales de Justicia ordinaria.
 
Aunque muchas veces conocemos de casos que pese al proceso legal existente para penalizar los comportamientos irregulares de los docentes, no siempre se logra dar satisfacción a las víctimas de las agresiones, ni tampoco acabar con el problema.
   
Y nos peguntamos cuáles son las razones  y hay muchas.
¿Qué lleva a un profesor a desarrollar una actitud violenta hacia sus alumnos? “en un principio este problema tiene su raíz en la idiosincrasia personal de aquellos docentes que no son capaces de encontrar cauces para resolver conflictos de manera pacífica. Por eso es tan importante que desde el momento en que se configura el grupo se establezcan estrategias para resolver los conflictos”. Lógico esta que para aplicar esa metodología debe hacer por parte del alumnado un reconocimiento de la autoridad.

Un estudio sobre los riesgos psicosociales de los docentes, descartando otros como el bullying, dice que el “único riesgo psicosocial que puede llegar a derivar en una conducta agresiva es el estrés: “es posible que, merced a una situación de presión emocional, se alcancen situaciones límite, si bien éstas se relacionan más con la elección de pautas de comportamiento erróneas que con el estado de estrés en sí mismo”.
 
La clave para resolver estos problemas la ofrece dice el mismo estudio: es “hay que exigir a las autoridades el fomento de la cultura de la convivencia, del entendimiento. Los conflictos no son ni buenos ni malos en sí mismos: simplemente existen. Por ello, hay que tomar medidas para evitar a toda costa un desenlace de carácter violento”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario